.

Aya Laabadli Khallouq

If they don't hear you, make them read you.

Spain, Spain

I´m a writer who loves acquiring knowledge and spreading my voice through art. Storytelling is my favorite way, and here I show you a little bit of my work :)

Interests

On Social Media

Postales. Parte 2.

Sep 22, 2022 2 years ago

Traía conmigo muy poco dinero, lo suficiente para poder subsistir durante unos días, para comprar algo de alimento y puede que incluso para transporte; de todas maneras, si llevas mucho dinero o cosas de valor las mafias te lo acaban quitando. Las mafias son algo muy común aquí, se aprovechan de la precariedad en la que viven las personas para prometerles un paraíso utópico; sé que no debería de caer en su trampa, pero no tengo otra opción. Les tuve que dar una gran cantidad para que me ayuden a cruzar la frontera junto a otras quinientas personas. He estado trabajando desde que cumplí los doce años y finalmente he conseguido reunir la cantidad necesaria. Madre me dio algo del dinero que ha estado ahorrando durante estos últimos años; ella ha intentado convencerme de quedarme aquí en Trípoli, pues como cualquier madre, le quema en el alma el pensar que algo malo le pueda pasar a su hijo; pero también ha visto como me consume la rabia e impotencia de vivir en medio de esta situación cada día y se ha acabado rindiendo ante mi deseo de buscar un futuro mejor, aunque esto sea de la manera clandestina que nos proporcionan estos grupos criminales. Ellos me ofrecieron, más bien, obligaron, a viajar en una patera junto a 30 personas más. No recuerdo mucho del viaje aparte de que conmigo había una familia con un bebé y este no paraba de llorar. Nos alimentamos a base de arroz y algo de agua. Al llegar a la costa, reconocí que estábamos en Francia. ¿Eso significa que el plan había resultado? ¿Que el viaje había ido bien? Puede que para mí sí, pero la familia con el bebé que viajaba conmigo ya no estaba, espero que solo sea que les he perdido de vista y que hayan llegado sanos y salvos. Una asociación, de aquellas que aparecen tanto en los informativos, nos atendió médicamente; yo estaba en perfecto estado, si no tenemos en cuenta que acarreaba un dolor bestial en el cuerpo, producto de no haberme podido mover en días. Después del chequeo médico, nos trasladaron hasta un gran pabellón, donde pasaríamos la noche. Ahí descubrí en qué ciudad estábamos exactamente, justo encima de las gradas se encontraba colgado un gigantesco estandarte con un escudo y un nombre grabado: Tolón, ciudad costera y de montaña, pensé que perfectamente podría ser la localización ideal en la que cualquier hombre de clase alta querría veranear, junto a su mujer y a sus dos hijos. Al anochecer, traté de quedarme dormido para que el tiempo pasara más rápidamente, pero hacía mucho frío y yo no había comido nada, así que no lo logré. Pensé en mamá y en Tania, habían pasado ya tres días desde que me fuí, estoy seguro de que me echan tanto de menos como yo a ellas. Al no poder conciliar el sueño, cogí una libreta, un bolígrafo y comencé a escribir el mensaje que le prometí a mi hermana: “Querida Tania, ¿Cómo va todo? Yo estoy genial, no debes preocuparte por mí; ya he llegado y como te dije, ahora mismo estoy en Italia. Roma es una ciudad preciosa, hoy fuí a conocer el Gran Coliseo, el ambiente es precioso, había un montón de familias muy felices, cuando mamá y tú estéis conmigo, también lo visitaremos juntos. Después estuve en un elegante restaurante italiano, de esos donde te sirven platos de pasta con nombres extraños, todo estaba exquisito...” ¡Pam! Cayeron la libreta y el lápiz al suelo. No pude escribir más, el sueño finalmente pudo conmigo y caí rendido. Al día siguiente, decidí escapar del lugar, antes de que hubiera alguna intervención legal que me metiese en problemas. Gasté la mayoría de mi efectivo en un tren rápido desde Tolón, hasta la memorable y célebre capital: París. Debo encontrar un techo y algo de comida, paseé las calles de París en busca de un mísero puesto de trabajo. A todos los sitios a los que he ido me dan la negativa. Los más amables dicen que no buscan más empleados, mientras que otros me gritan palabras en francés que yo no comprendo, seguramente sean insultos racistas que se habrán pasado de generación en generación y que la mayoría no sepan ni porque los pronuncian. Es curioso que, de los pocos recuerdos que tengo de mi padre, hay uno en el que me dice: “Europa es un lugar perfecto, es como un paraíso en la tierra, el pueblo de las oportunidades”. Sinceramente, aún no me he encontrado con ninguna, puede que estas oportunidades se disipen cuando las personas escuchan mi acento, ven mi ropa o se fijan en mi color de piel; en definitiva, cuando me juzgan por la portada como si no supieran leer.

Read
comments button 0 report button

Postales. Parte 1.

Sep 22, 2022 2 years ago

Porque no todos los viajes son de ensueño. Mi mirada queda fija en la mochila, vieja y diminuta; estaba semiabierta, tengo pocas cosas pero aún así las prendas rebosan y no la puedo cerrar al completo. Pero eso ni siquiera forma parte de mis preocupaciones, el día en el que tendría que irme se estaba acercando y yo aún no lo había podido asimilar. Tampoco he podido hablar con Tania, madre dice que no puedo decirle la verdad porque eso le pondría muy triste. Pero, ¿qué le puedo decir? La situación aquí, en Libia, empeora exponencialmente día tras día. La guerra ha dejado todo destrozado y el conflicto sigue siendo arduo. Debo emigrar a Europa, por ellas, mi madre y hermana. Estoy dispuesto a desafiar a la muerte con tal de que ellas puedan gozar de tres platos de comida al día, asistencia médica y una casa algo decente; además de una buena educación para Tania, es una chica muy inteligente, no puedo dejar que todo su potencial se evapore como los charcos que se forman tras la lluvia, y todo porque no ha nacido en el lugar correcto, la tierra de los blancos. Por ellas podría hacer cualquier cosa. ¿A quién voy a engañar? Tengo miedo, mucho miedo, no soy el primero que decide emigrar, he escuchado muchas historias, mucha gente desaparece y otros mueren; mi padre, por desgracia, fue uno de ellos. La voz de mi hermanita me despierta del trance. Mientras clavaba su mirada en mi equipaje y con los ojos llorosos, preguntó: — Samir, ¿por qué están aquí tus cosas? ¿A dónde vas a ir? ¿Nos dejarás solas como papá hizo? Esas palabras se incrustaron en mi pecho como una estaca, no le puedo decir la verdad, no puedo dejar que se le rompa el corazón, no de nuevo. Cerré los ojos con fuerza para despejarme y me mentalicé para lo que estaba a punto de decir. Cogí mi libro de monumentos europeos, lo abrí por una página aleatoria y se lo enseñé. — Mira. — Dije mientras señalaba una imagen del museo del Louvre — ¿Te gusta? Pasé las páginas hasta llegar a una ilustración del majestuoso Coliseo Romano, también le enseñé las calles de Londres y los preciosos jardines suizos. Tania señaló la imagen de un elegante edificio francés, mientras decía: — ¡Qué bonito! Sonreí con triunfo, pude leer en su mirada que una pequeña llama de esperanza se volvió a encender en su alma, entonces continué: — Me alegro de que te guste, porque yo estaré en estos lugares. — Ya está, ya lo he dicho, ahora no hay vuelta atrás.— ¿Sabes? Iré a estudiar periodismo, viviré en un asombroso edificio, visitaré estos sitios tan maravillosos. Iré a Roma, pararé para contemplar el Coliseo y la torre de Pisa; a París, donde está la torre Eiffel, incluso me haré una foto en el Louvre. — ¿Pero entonces no estarás con nosotras? ¿Cómo hablaremos contigo? — No te preocupes, me aseguraré de mandarte postales cada semana. — Respondí mientras le secaba las lágrimas de las mejillas y sentía como una astilla de culpabilidad penetraba en mi conciencia, pues había consolado a Tania con nada más que puras mentiras.

Read
comments button 0 report button

Grandma's garden

Jul 31, 2022 2 years ago

On a warm evening, the whole family was gathered in the living room. The smell of atay (Moroccan tea) and pastries were felt in the environment. Everyone was fully engaged in a conversation. Laughter, jokes, and chats were mixed to create a ruffled but comforting atmosphere. A single person caught my attention, my grandmother. She was the only one who wasn't talking, sitting there in her usual armchair she stared at three generations of people that she raised, and protected. I looked at her I felt admiration. I realized that she was the reason for all the joy that filled the room. Our eyes met, and she stood up and told me to come with her. We got out of all that fuss and started walking through the garden trees. “How are you doing, sunshine?” She asked. “I'm really good, ‘Ma” I answered. She seemed to know everything about me and understand me in every way. It was like an ethereal connection. She asked for my opinion bout the trees: “They are beautiful." And they truly were, a variety of trees and plants of all types surrounded us. Vines wrapped around the garden fences. Flowers of all colors and trees that gave off assorted fruits. It was almost mesmerizing. I've been here a hundred times and I still admire it as I did for the first time.'Ma took a small bag out of her pocket and handed it to me. It was a little seed, as small as a pea. She somehow guessed my thoughts and said: “You may think that this small thing means nothing, but thanks to it now have everything you see around. This seed comes from the oldest tree in the garden." One year after, 2020, we were in the middle of a pandemic. COVID-19 was taking over the world. Millions of people were suffering from a microscopic virus. But I wasn't surprised, as I learned the year before, one small thing can cause a lot. Families were being torn apart because of health and economic problems. And one of those was mine, my people. As soon as the lockdown started Grandma fell ill. She probably got covid in the souk where she used to go every Sunday. Since that moment, there were no more family reunions and no more evenings in the Riad. I won't lie, I still had some hope, I believed that things were going to go back to normal. Until one day we received a call. Grandma could not bear the disease any longer and passed away on a very rainy morning. I like to think that all that rain that flooded the plants was a sign of her overflowing love. My eyes were flooded too, tears began to blur my vision. Suddenly I felt that the whole atmosphere changed. What if nothing remains the same from now on? I didn't want to miss her, I wasn't prepared. I was especially afraid of missing her very badly because when you miss people intensely, beautiful memories wear out. Six months later, the lockdown was over. The first thing we did was visit our grandmother's house. Can't lie, I was nervous, I hesitated when I had to open the door. I don´t know why. Maybe because I was afraid of seeing something different and because it was going to be the first time that I wouldn't see her when the door opens. My fears came true. Apart from the house being empty, the garden looked so different. The fountain was no longer pouring out water. The floor was dirty. The flowers withered. The fruits on the trees rotted. And the vines dried up and weakened. I looked for the little seed that we planted. Thanks to the care of my grandmother, it had gone from being a tiny thing to becoming a tree of about a meter. But I could tell, that the tree also missed Grandma. Its leaves were dry and the soil in which it was planted was begging for water. The branches were bent down, almost as if they were trying to tell us that the tree was sad too. That things were no longer as they were before. I felt again that sensation that I hate so much, my eyes filling with tears and my throat burning from the inside. As if my body was preparing to flood and set everything on fire at the same time. But dad hugged me while he said: “Nothing in here is over. It just needs love and we're going to fix it.” At that moment I understood. All the things that ‘Ma did for us meant that she was placing little pieces of herself in all the things that she appreciated: her family, her garden, her neighbors. She was everywhere. I wasn't feeling hopeless anymore. What's more, I knew exactly what we had to do. I managed to reunite all the family again. We cleaned the place, fixed the fountain, and did a great gardening job. When everything seemed more alive again we made a delicious CousCous and shared it with the whole neighborhood. Now, I'm sitting under the cherry tree we planted four years ago. I wanted to share with you this story and tell you that I don't think you'll ever die in the heart of whom you love. Because every time we love, we give a piece of our soul.

Read
Load more

Newsletter

Subscribe and stay tuned.

Popular Biopages

William

artist, musician, writer, Luddite

Troy, United States